A raíz de mi cuento sobre la oscuridad , que era un cuento para ir a dormir , quise profundizar más en esas circunstancias e intentar rememorar cómo era cuando yo de niño debía quedarme solo en mi cama, y cómo nunca quería, cómo me angustiaba esa idea de soledad, esa expectativa de estar toda la noche acompañado únicamente por mis sueños y pesadillas —yo sufría de muchísimas pesadillas—. Por lo tanto, mi objetivo era indagar acerca de cuáles hubieran sido las condiciones ideales para que yo, cuando tenía 2 ó 3 ó 4 años, me quedara solo y a gusto en mi cama. Cuando di con la que me pareció que era la mejor solución para escribir Mi camita , enseguida fui consciente de que a muchos niños pequeños les iba a encantar. La cierto es que, cuando desarrollas una idea que te parece innovadora, diferente, no es raro sentir una emoción especial que te indica que las cosas pueden funcionar. Este cuento, que ha tenido —y tiene— tanto éxito, es ...
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