A raíz de mi cuento sobre la oscuridad, que era un cuento para ir a dormir, quise profundizar más en esas circunstancias e intentar rememorar cómo era cuando yo de niño debía quedarme solo en mi cama, y cómo nunca quería, cómo me angustiaba esa idea de soledad, esa expectativa de estar toda la noche acompañado únicamente por mis sueños y pesadillas —yo sufría de muchísimas pesadillas—. Por lo tanto, mi objetivo era indagar acerca de cuáles hubieran sido las condiciones ideales para que yo, cuando tenía 2 ó 3 ó 4 años, me quedara solo y a gusto en mi cama.
Cuando di con la que me pareció que era la mejor solución para escribir Mi camita, enseguida fui consciente de que a muchos niños pequeños les iba a encantar.
La cierto es que, cuando desarrollas una idea que te parece innovadora, diferente, no es raro sentir una emoción especial que te indica que las cosas pueden funcionar.
Este cuento, que ha tenido —y tiene— tanto éxito, es una propuesta que pretende que los niños más pequeños se duerman a gusto. Y lo ideé con frases y un lenguaje muy sencillo, sumando escenas que pudieran ser muy atractivas para los niños de esas edades; buscando un equilibrio entre la calma que debe existir al ir a la cama y una importante dosis de emoción que les llevara a ellos mismos a desear quedarse en su cama.
En definitiva, pretendía crear una herramienta para que los más pequeños se sintieran a salvo, pero que, a la vez, les resultara emocionante y atrayente la idea de dormir en su cama.
Además, pronto me di cuenta de que si lograba que los niños, gracias a este cuento, se quedaran en su cama, a los pocos días de dormir solos y de comprobar que se encontraban perfectamente, ya lo harían por sí mismos.
También pensando en algunas críticas que se le han hecho al libro, yo, como autor, lo único que puedo decir es que su contenido no me parece soso, ni aburrido, ni repetitivo —ya que fue escrito y estructurado así de manera premeditada—, y menos si nos intentamos posicionar en el punto de vista de niños tan pequeños como a los que va dirigido, niños cuya implicación y capacidad de asombro son infinitas.
Me gustaría aconsejar a los padres que cuenten Mi camita con un tono sosegado, pero que lo hagan con alegría, pues de lo que se trata es de celebrar una fiesta: la fiesta del dormir solo, seguro, y con maravillosos sueños. Yo no soy quien para juzgar a nadie, pero a veces —pocas, pero me ha pasado— me he encontrado con personas que me parece que afrontan la lectura de un cuento como este con cierta ansiedad. Y, si no funciona, dicen que no sirve para nada. Un libro no es una medicina, un libro es una herramienta que puede funcionar o no, en función de muchísimos parámetros, especialmente de cómo sea el niño, pero, también, lo que nuestro hijo sentirá es la seguridad, la calma y la alegría de quien le cuenta la historia, porque si lo hacemos pensando que un libro por sí mismo va a conseguir algo, estamos bastante equivocados. Un libro puede tener un papel importante a la hora de lograr un objetivo, pero nosotros debemos estar seguros y alegres, para transmitir esa seguridad a nuestro hijo.
Hice algunos intentos con algunas personas a las que escribí, pero todos resultaron infructuosos. Entiendo que a la mayoría no les resultara seductora la idea de estar meses trabajando para no percibir nada, solo con la promesa de que se repartirían conmigo el 50% de los ingresos de cada libro que nos autoeditáramos. Claro, yo tampoco contaba con un bagaje suficiente. Lo único que tenía era un libro en el mercado, y no se estaba vendiendo demasiado. Así que lo de contactar yo mismo con dibujantes que me gustaban, la verdad es que no me estaba funcionando...
Finalmente puse un anuncio buscando ilustrador en la página web Milanuncios y en unos días recibí unos 500 emails. Aquello me desbordó, me pareció una locura. Y también me pareció triste comprobar cómo puede haber tantísimas personas con talento que no encuentran trabajo en España. Me sentí agobiado, porque me daba la sensación de que esas personas depositaban en sus correos muchas esperanzas, y yo no era nadie, ni tenía nada seguro que ofrecerles. Lo cierto es que no llegué a leer todos aquellos correos, porque entre la primera remesa que abrí había uno de un joven vasco, Julen Rodríguez Ruiz, que, con la intención de buscar trabajo en su sector, acababa de llegar a Barcelona. Quedé con él para tomar un café en Plaza Catalunya. Le hablé del cuento que quería hacer. Le dije que pensaba que podía tener gran éxito, y me dijo que sí, que le interesaba el proyecto. Así que le pasé el guión de Mi camita. Algo increíble que sucedió es que él estaba buscando habitación y, sin conocer Barcelona ni tener ni idea de dónde vivía yo, por pura casualidad se vino a vivir al edificio de al lado, justo a un minuto de mi casa. Aquello también facilitó las cosas porque nos podíamos ver a cualquier hora para hablar acerca de lo que estuviéramos haciendo.
El trabajo como ilustrador que llevó a cabo Julen, retratando los muchos y diferentes escenarios donde transcurre la acción, me parece excelente, y más si consideramos que esta era su primera incursión en el sector de los libros infantiles.
Mi camita cuenta la profunda relación de amistad entre una niña y su camita. Y cómo la niña se siente completamente segura y disfruta de maravillosos sueños cuando se va a dormir.Existen bastantes libros para intentar que los niños pequeños se duerman en sus camas. Yo no soy psicólogo ni me considero ninguna eminencia en nada, sino que únicamente me baso en mi experiencia personal y en el sentido común, pero esos libros que incitan a los padres prácticamente a dejar a sus hijos «abandonados» en sus camas, y dejarlos que lloren, que lo pasen fatal, sinceramente no me gustan. Yo no creo que un niño tenga que angustiarse y sufrir tanto para llegar dormir solo.
En cierta manera Mi camita es una respuesta y es justo lo contrario a esos «métodos», y es la demostración de que un niño puede llegar a dormir en su cama no solo sin sufrir, sino que perfectamente puede dormirse confiando y siendo plenamente feliz.Como se trataba de un enfoque que podía ser original y este es un tema que crea mucha controversia, y suele haber apasionados debates acerca de cómo dormir a los niños pequeños, de si es más conveniente el método tal o el método cual, de si colecho sí o colecho no, etc, pues la verdad es que desde su aparición mucho se ha escrito acerca de Mi camita, muchas personas han opinado, la mayoría bien, otras regular, y también ha habido bastantes personas que han escrito que no les gusta nada. Incluso hay una opinión en Amazon donde una persona afirma (literal) que le pareció tan horrible que lo tiró a la basura.
También pensando en algunas críticas que se le han hecho al libro, yo, como autor, lo único que puedo decir es que su contenido no me parece soso, ni aburrido, ni repetitivo —ya que fue escrito y estructurado así de manera premeditada—, y menos si nos intentamos posicionar en el punto de vista de niños tan pequeños como a los que va dirigido, niños cuya implicación y capacidad de asombro son infinitas.
Me gustaría aconsejar a los padres que cuenten Mi camita con un tono sosegado, pero que lo hagan con alegría, pues de lo que se trata es de celebrar una fiesta: la fiesta del dormir solo, seguro, y con maravillosos sueños. Yo no soy quien para juzgar a nadie, pero a veces —pocas, pero me ha pasado— me he encontrado con personas que me parece que afrontan la lectura de un cuento como este con cierta ansiedad. Y, si no funciona, dicen que no sirve para nada. Un libro no es una medicina, un libro es una herramienta que puede funcionar o no, en función de muchísimos parámetros, especialmente de cómo sea el niño, pero, también, lo que nuestro hijo sentirá es la seguridad, la calma y la alegría de quien le cuenta la historia, porque si lo hacemos pensando que un libro por sí mismo va a conseguir algo, estamos bastante equivocados. Un libro puede tener un papel importante a la hora de lograr un objetivo, pero nosotros debemos estar seguros y alegres, para transmitir esa seguridad a nuestro hijo.
El Ilustrador
La experiencia de autoeditar mi primer cuento, ¿Dónde estás oscuridad?, lo cierto es que había llevado muchísimo trabajo y no se vendía demasiado, así que el ilustrador con el que colaboraba me dijo que no quería hacer más libros. Cada cual tiene sus responsabilidades laborales, personales, familiares y esto de hacer libros infantiles implica dedicar una cantidad impresionante de horas. Así que, como yo no tengo ni idea de dibujar, tenía que volver a encontrar un colaborador.Hice algunos intentos con algunas personas a las que escribí, pero todos resultaron infructuosos. Entiendo que a la mayoría no les resultara seductora la idea de estar meses trabajando para no percibir nada, solo con la promesa de que se repartirían conmigo el 50% de los ingresos de cada libro que nos autoeditáramos. Claro, yo tampoco contaba con un bagaje suficiente. Lo único que tenía era un libro en el mercado, y no se estaba vendiendo demasiado. Así que lo de contactar yo mismo con dibujantes que me gustaban, la verdad es que no me estaba funcionando...
Finalmente puse un anuncio buscando ilustrador en la página web Milanuncios y en unos días recibí unos 500 emails. Aquello me desbordó, me pareció una locura. Y también me pareció triste comprobar cómo puede haber tantísimas personas con talento que no encuentran trabajo en España. Me sentí agobiado, porque me daba la sensación de que esas personas depositaban en sus correos muchas esperanzas, y yo no era nadie, ni tenía nada seguro que ofrecerles. Lo cierto es que no llegué a leer todos aquellos correos, porque entre la primera remesa que abrí había uno de un joven vasco, Julen Rodríguez Ruiz, que, con la intención de buscar trabajo en su sector, acababa de llegar a Barcelona. Quedé con él para tomar un café en Plaza Catalunya. Le hablé del cuento que quería hacer. Le dije que pensaba que podía tener gran éxito, y me dijo que sí, que le interesaba el proyecto. Así que le pasé el guión de Mi camita. Algo increíble que sucedió es que él estaba buscando habitación y, sin conocer Barcelona ni tener ni idea de dónde vivía yo, por pura casualidad se vino a vivir al edificio de al lado, justo a un minuto de mi casa. Aquello también facilitó las cosas porque nos podíamos ver a cualquier hora para hablar acerca de lo que estuviéramos haciendo.
El trabajo como ilustrador que llevó a cabo Julen, retratando los muchos y diferentes escenarios donde transcurre la acción, me parece excelente, y más si consideramos que esta era su primera incursión en el sector de los libros infantiles.
A partir de Mi camita, Julen y yo hemos seguido colaborando juntos. No hemos vuelto a tener un éxito similar, pero es que de Mi camita ya hemos vendido unos cuantos libros. En este momento, ya debemos de haber superado las 30 mil unidades de libros en formato de libro físico; vamos, en papel.
Mi camita, un posible ejemplo de repercusión global
Mi camita, libro infantil autoeditado en Amazon, lo publicamos en su versión en papel, en tapa blanda, el 1 de octubre de 2016. Y el ebook salió algunos días más tarde, el 18 de octubre. Inmediatamente se empezó a vender a buen ritmo. A fecha de hoy, puedo afirmar que Mi camita ha llegado a prácticamente todos los rincones del planeta. Incluso sin tener una infraestructura detrás, sin habernos dedicado nunca a esto, sin invertir dinero en publicidad ni en campañas de marketing, tal y como hacen las editoriales... He recibido mails de muchos lugares del mundo, desde Corea del Sur hasta México, preguntándome por si el libro estaba en tal o cual idioma, si existía distribución internacional, etc. Mi camita es un libro que se ha acogido maravillosamente en España, pero ahora está tomando fuerza en Amazon EEUU, donde cada mes se va vendiendo más. No podemos obviar el hecho de que en Estados Unidos viven 70 millones de hablantes de español, y que allí las ventas de cualquier producto que tenga éxito son enormes, así que estamos ilusionados, esperando a ver cómo evolucionan las cosas...
Otro factor indicador de que este libro ha suscitado gran interés es que Google nos indica que hay gran cantidad de búsquedas con palabras clave como Mi camita pdf gratis, Mi camita epub, Mi camita mobi, Mi camita descargar, Mi camita download, etc. Lo cual significa, por supuesto, que todavía hay muchas personas que desean tenerlo.
Mi camita en tapa dura
Hicimos un intento de editar Mi camita en tapa dura con una editorial «tradicional», y el libro tuvo una primera edición (marzo, 2018) con una tirada de 5400 ejemplares (leer entrevista con motivo de la aparición de la tapa dura), pero nuestro punto de vista y el de la editorial no concordaban, y, de común acuerdo, en febrero de 2019 el contrato quedó rescindido.
Posteriormente, en febrero de 2021, se editó la edición definitiva de Mi camita en tapa dura con la editorial Planeta.
Ver aquí:
Enlaces relacionados:
- Guía de lectura de Mi camita: https://www.micamita.com/Mi%20camita_Guia%20de%20Lectura.pdf
- Si quieres saber más sobre este cuento, aquí tienes la info en la web de iajajai: https://www.iajajai.com/2-libros-para-ninos/4-mi-camita
- Aquí puedes encontrar un interesante análisis de Mi camita desde el punto de vista de la psicología: http://trabajos-psicologia-infantil.blogspot.com/2017/02/mi-camita-psicologia-cuento-infantil-estudio-psicologico-pedagogia.html
- Leer entrevista que me hicieron a principios de 2018 por la aparición de la tapa dura de Mi camita, donde desvelo muchas de las principales claves del libro: https://jspinillos.blogspot.com/2019/03/autoedicion-autopublicacion-Amazon.html
- Mi camita en el Aula de Elena, la maestra que hace maravillosos videocuentos con sus alumnos: http://www.auladeelena.com/2017/05/cuentame-un-cuento-mi-camita.html
Buenas con mi niña de 3 años mi camita funciono pero lo regale a una amiga y con su niña no funciono en absoluto...
ResponderEliminarHola María,
EliminarCuando dices que con la hija de tu amiga no funcionó, entiendo que te refieres a que, pese a que le leyeron mi cuento «Mi camita», la niña no quiso dormir sola en su cama.
Bueno... como siempre digo, un libro infantil no es una medicina, y, aunque, como el caso de «Mi camita», funcione en muchos casos, también hay otros en los que no funciona. A veces a los padres les gustaría dormir sin sus hijos pequeños, y tienen algo de ansiedad, y la trasladan a sus hijos a leer el cuento, y eso los niños lo perciben. Otras veces, los niños tienen un apego tan grande al lecho materno que el cuento no es suficiente para que duerman solos. O por otras muchas razones.
De todas formas, este cuento no es solo para que duerman solos, sino también para intentar enseñarles buenos hábitos. Y, en todo caso, si al niño o niña le gusta, aunque no quiera dormirse en su cama, ya habremos conseguido que aprenda algunas sencillas cosas y, sobre, todo, que disfrute de la lectura en compañía de su padre o de su madre, y eso también es importante.
Gracias, y recibe un abrazo.
Hola.
ResponderEliminarMi camita es muy diferente de otros cuentos. Mi hija de 4 años está enganchada a este libro. Lo pide cada noche. Se lo contamos en su cama. Todo genial. Lo único, que estaría mejor si fuera en tapa dura...
Gracias.
Estimada Anna,
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Sí, «Mi camita» es un libro un tanto singular. Por eso, a veces, hay personas a las que no les gusta, que dicen eso de "yo me esperaba otra cosa", o que no lo acaban de entender. Lo único que puedo decir es que fue escrito e ilustrado así de manera totalmente deliberada.
Acerca del formato, «Mi camita» es un libro autoeditado en Amazon, y ahí no existe la opción de publicarlo en tapa dura. Ya hicimos un intento de publicarlo con editorial, pero la cosa no salió como esperábamos, y lo dejamos. Ojalá que en el futuro sea posible que aparezca una buena edición en tapa dura, aunque es algo que, de momento, no está previsto.
Un abrazo.