Toda la educación debería estar orientada a que ni durante la adolescencia ni después se pierdan ni la imaginación ni el talento de la niñez.
Se trata de una frase que publiqué en Twitter en el año 2016, puedes verla aquí:
Y con la que sigo estando absolutamente de acuerdo, porque la educación debería estar orientada a preservar y descubrir el talento de cada individuo, y no a igualarlos a todos.
La educación debería estar orientada a reconocer las facultades de cada niño, y a valorar la inteligencia y la imaginación de cada niño.
Porque, desde siempre, la educación ha despreciado el valor de la imaginación, cuando es, de todas nuestras facultades, la que más nos diferencia de los animales.
- La imaginación es la que tiene la potencia creadora y la que se adelanta al futuro.
- Un mundo sin imaginación no tiene sentido, ni tiene interés, ni tiene valor. ¡Y menos todavía para los niños!
Pongamos en marcha una educación donde la imaginación y las facultades individuales estén en primer plano. Eso logrará que los niños valoren la educación, que se sientan valorados, motivados, y que miren con esperanza la vida, y también el futuro.
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