Promover Valores como el Esfuerzo, el Trabajo, la Colaboración, la Amistad
La picaresca está siempre presente en el alma de gran parte de muchas de las sociedades del mundo.
En el caso de La hormiguita, quise escribir un cuento que enseñara a los niños que ser pícaros no está bien, y que eso es algo que siempre debería conllevar consecuencias.
Porque no es moralmente aceptable ser un parásito ni pretender vivir del trabajo de los demás. Esa es una opción de vida que no se puede aceptar, y hay que entrar en ese debate con los niños pequeños, y enseñarles que hay que salir adelante con el propio esfuerzo.
Por lo tanto, la picaresca no es aceptable, ni la propia ni la ajena, ni la que llevan a cabo muchas organizaciones y empresas, ni la más dañina para la sociedad, que es la que practican los políticos. Pero, para poder criticar a los demás, el primer paso es ser consciente y saber que hay que obrar con integridad.
Esa fue mi idea base. Después, en las últimas escenas introduje la colaboración por parte de los protagonistas, la idea del trabajo en equipo para que, juntos, pudieran llegar más lejos.
Considero, por lo tanto, que el trasfondo de este cuento es realmente importante. Cuando lo escribí, enseguida tuve claro que tenía el material para que pudiéramos hacer un gran cuento. Además, la comicidad que le imprimieron las ilustraciones de Ana Sáez del Arco lograron que el resultado final fuera estupendo.
Edades de Lectura:A partir de 2 ó 3 años y hasta 8, aproximadamente. Aunque gustará a lectores de todas las edades.
Un cuento superventas en Amazon (bestseller):
La Hormiguita fue autoeditado en Amazon en diciembre de 2018, y rápidamente llegó a ser un cuento muy vendido. Desde entonces, se han vendido una enorme cantidad de ejemplares. Está disponible solo en tapa blanda, y si estás en España, lo puedes conseguir aquí. Si vives en otros países, debes comprarlo en el Amazon de tu país.
Este es un relato que, lógicamente, puede recordar a la fábula la cigarra y la hormiga, de Esopo. Aunque, cuando lo escribí, no tenía, en absoluto, en mente esa fábula. Obviamente, cuando lo terminé me di cuenta de que inconscientemente, ese relato clásico había tenido poderosa influencia en la redacción de mi cuento.
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